diumenge, 6 d’abril del 2014

"Poco se puede contar a la gente sobre crítica social que no sepa ya"

Sandra Vicente Barreira
Barcelona

EdJinn es un hombre que no ve Barcelona simplemente como una ciudad, selva de calles, edificios y personas que constantemente vienen y van. Para él es un lienzo que forma parte de la vida de sus habitantes; aunque pueda pasar desapercibido, su arte es el telón de fondo de miles de trayectos hacia el trabajo o hacia casa, está en el transfondo de millones de fotografías o quizás aparezca de refilón en algún que otro recuerdo. Una de las múltiples firmas que hacen de Barcelona la ciudad que es; por eso, él asegura que su arte no tiene intención de comunicar nada. Simplemente hace lo que ama: "no hay nada más a parte de colores brillantes y personajes símpáticos". Pero todo depende de cómo se quiera ver a esos personajes simpáticos.



-¿Cómo empezó tu carrera; EdJinn nace o se hace?
Desde muy pequeño siempre había preferido un papel y un boli por encima de cualquier otro juguete. Podía pasarme tardes enteras dibujando sin parar. De más mayor, mientras mis compañeros hacían fútbol o karate, yo hacía clases extraescolares de cómic.

-¿Qué tipo de formación tienes a las espaldas?
Al acabar el bachillerato, me estuve planteando hacer Bellas Artes, pero finalmente me decanté por estudiar diseño gráfico. Siempre he pensado que como diseñador tendría muchas más salidas profesionales, a la vez que seguiría pudiendo trabajar en ámbitos artísticos...con Bellas Artes no veía muchas más salidas que ser profesor o hacer caricaturas en las Ramblas.

-¿Y cómo se pasa del disño gráfico al arte urbano?
A nivel de arte urbano, mi hermano empezó a pintar graffitti en el '93 y allá por el 2003, (yo tendría unos 16 años) mi vecino, que estaba loco por los graffittis de mi hermano, me convenció para ir los tres juntos un día a pintar con él y probar qué era eso de los sprays. Desde ese momento ya ha sido un no parar hasta hoy.

-Has ido creando un estilo muy particular en el que, además se van repitiendo ciertos elementos
Siempre me ha gustado la gente que mediante su obra crea un nuevo universo. Me encanta estar delante de muros diferentes y ver una conexión entre ellos, como si las paredes fueran una ventana a otro mundo. Partiendo de este punto, es normal que se repitan elementos que se relacionan entre ellos de forma que cuenten historias que sólo suelo entender yo mismo.

-En muchos hay una cierta voluntad de crítica social
Como te decía, los murales que pinto suelo entenderlos yo, así que siéntete afortunada si en alguna obra mía has visto algo más allá de colorines y personajes simpáticos. Realmente no pinto con intención de transmitir un mensaje ni hacer una crítica ni denunciar nada. No estoy para dar lecciones a nadie, que cada uno tiene bastante con lo suyo. Pero sí que es verdad que los murales tampoco son aleatorios, tengo una idea e intento plasmarla en el muro, pero nada más allá.

-Los muros son mucho más accesibles al público que los lienzos;¿qué repercusión crees que causa el arte urbano?
Poco o ninguno en la sociedad media. A no ser, claro, que te llames Banksy y salgas en los telenoticias cada vez que te tiras un pedo. El arte urbano tiene en cuenta un nicho de gente muy pequeño, que normalmente tiene un poder adquisitivo bastante bajo, así que poco les vas a contar sobre crítica social que no sepan ya.

-¿Qué tipo de ojos crees que se posan más sobre tu trabajo?
Como artista urbano, pintando en la calle realmente no tengo un público objetivo, lo que pinto va dirigido a todo aquel que lo vea y le guste mi obra. Como diseñador, me gustaría dirigirme a un público lo más amplio posible, no cerrarme puertas en los tiempos que corren, pero es complicado. Realmente no sé a quién llego más; la verdad es que muchas marcas suelen tachar mi trabajo de naif, pero no es algo en lo que yo coincida demasiado.

-Pero otras marcas, como Moritz Epidor te han confiado su imagen. ¿Cómo te diste a conocer para conseguir este tipo de contratos?
Todo empezó cuando, junto a Rotor y mi hermano Ibie editamos la revista de ilustración Finerats Magazine. Es una revista física que funciona como catálogo de artistas. Publicamos y exhibimos el arte urbano, la ilustración, el cómic y el tatuaje junto a todas aquellas artes que tienen exponentes de mucho nivel, pero que de alguna forma, no tienen cabida en el circuito tradicional de las Bellas Artes. 
Siempre hay muchas marcas y agencias con los ojos puestos en la revista. Es un escaparate bastante grande; la gente de Moritz nos encargó un número especial basado en su Epidor, donde cada página de la revista se convertiría en un posavasos.

-También se gestó en Finerats vuestra relación con Andreu Buenafuente, que tiene una imagen vuestra como logo de su blog.
Andreu tiene una faceta desconocida como ilustrador, y colaboró con algunas ilustraciones en los primeros números de la revista. A partir de ahí, se puso en contacto conmigo y mi hermano, y nos conocimos. Le encantaba nuestro trabajo y quería que le pintásemos las oficinas de El Terrat; después de eso nos pidió el logo para su blog.

-Tu obra no sólo se queda en los muros o en el papel. Tambien tienes merchandising
Lo de merchandising suena un poco mal, la verdad. No soy una marca, ni creo productos más allá de un par de prints que son una forma de poder ofrecer mi obra a un precio más asequible. Hay mucha gente que utiliza la calle como un modo de posicionamiento de cara al público que compra sus productos, o simplemente como una herramienta publicitaria para llenar las paredes con su marca sin tener que pagar por ello, pero no creo que sea mi caso.

-Así, ¿de qué manera consideras tu relación con las marcas?
Al trabajar como diseñador, es normal trabajar con marcas, y hacer diseños o ilustraciones para ellas, pero nunca las planteo como merchandising, sino simplemente como una colaboración. Ellos tienen su producto, lo fabrican y lo comercializan y yo simplemente aporto el diseño.

-Además de tu trabajo en las calles o las colaboraciones con las marcas, también trabajas en interiores y galerías
Cuando pinto en la calle es por placer, para pasar un buen rato con los amigos y echar unas risas. En interiores es diferente, ya no es un muro que pueda ver todo el mundo, es algo privado y suele ser por encargo. En fin, de algo hay que vivir, y llegar a fin de mes nunca es fácil. Siempre es mejor cuando puedo ganar diero haciendo lo que me gusta. 

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